Yucatán es una tierra que, además de su impresionante legado maya, está impregnada de leyendas, misticismo y tradiciones que se mantienen vivas hasta hoy. Entre las historias que envuelven sus noches y la gastronomía que enriquece sus festividades, encontramos las leyendas de brujas y la preparación del pib, un platillo especial que se elabora cada año durante el Hanal Pixán, la celebración yucateca del Día de Muertos.
Historias de Brujas en Yucatán: Las X’men y los Huay Chivo
Las leyendas sobre brujas son especialmente populares en los pueblos de Yucatán, donde se habla de mujeres conocidas como las X’men. Estas son consideradas brujas o curanderas, figuras que dominan los secretos de las plantas, las oraciones, y los rituales. Las X’men son respetadas, pues no solo poseen conocimientos para sanar, sino que también se cree que algunas tienen poderes sobrenaturales. Según las historias, estas brujas pueden transformarse en animales y recorrer los pueblos durante la noche.
Otra figura misteriosa es el Huay Chivo, un ser mitad humano y mitad cabra. Según la leyenda, este es un brujo que practica magia negra y toma la forma de un animal para causar daño a quienes no respetan las antiguas costumbres. Los habitantes de algunos pueblos aseguran haber visto luces extrañas o animales que desaparecen al acercarse, y creen que son obra del Huay Chivo.
Al caer la noche en el monte, los relatos sobre estos seres se convierten en advertencias. Las personas aseguran escuchar risas o sonidos extraños y, para protegerse, rezan oraciones tradicionales o colocan cruces en las puertas de sus casas.
El Pib: Sabor y Tradición del Hanal Pixán
Durante el Hanal Pixán —que significa “comida de las ánimas” en maya—, los yucatecos honran a sus muertos preparando altares llenos de ofrendas. Uno de los platillos más importantes en esta festividad es el pib, también conocido como mucbipollo. Este es un tamal de gran tamaño, elaborado a base de masa de maíz, relleno de carne de pollo y cerdo, sazonado con achiote y envuelto en hojas de plátano.
La particularidad del pib es que se cocina en un horno bajo tierra, lo que le da un sabor ahumado y único. Este proceso de cocción ancestral, llamado pib, es el mismo que le da nombre al platillo. La tradición de preparar pib es un ritual en sí mismo: las familias se reúnen, preparan la masa, el relleno y las hojas de plátano mientras recuerdan a sus seres queridos fallecidos.
El sabor del pib es una combinación de ingredientes indígenas y técnicas antiguas, un símbolo de respeto y cariño hacia los antepasados. Su preparación puede durar varias horas y, una vez cocido, se coloca en los altares como ofrenda para las almas que regresan durante estos días de celebración.
Una Combinación de Misticismo y Sabor
La conexión entre las historias de brujas y las tradiciones culinarias yucatecas se manifiesta en la creencia de que, durante el Hanal Pixán, las almas regresan al mundo de los vivos para compartir la comida y la compañía de sus familiares. Al caer la noche, las leyendas de las brujas y el Huay Chivo cobran vida, y la gente celebra con respeto, miedo y admiración, recordando que la cultura maya y sus tradiciones están vivas.
Si visitas Yucatán durante el Día de Muertos, te encontrarás con altares coloridos, familias que preparan pibes y, en los pueblos, tal vez escuches alguna historia de brujas que te ponga la piel de gallina. En esta tierra, lo místico y lo gastronómico se entrelazan, y cada plato y cada leyenda es un homenaje a los ancestros.
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